REDACCIÓN (AFP).- El número 1 mundial Carlos Alcaraz volvió a mostrar un nivel tremendo y no dejó ninguna opción al italiano Lorenzo Musetti (18º); 6-3, 6-2 y 6-2 en dos horas y ocho minutos, para avanzar a cuartos de Roland Garros, este domingo en la Philippe Chatrier.
Había expectación por ver al número 1, intocable en las tres primeras rondas, ante un rival que le había ganado el único enfrentamiento entre ambos, la final de Hamburgo del año pasado.
Pero el gran duelo del domingo, entre dos chicos de 20 años que se conocen desde niños, no tuvo gran intriga, con un Alcaraz capaz de combinar la consistencia y el arte ante un Musetti que dejó alguna pincelada pero incapaz de sostener el nivel.
“Mostré un gran nivel, gran calidad de tiros y fue un partido muy completo”, dijo Alcaraz nada más finalizar ante Fabrice Santoro, que le preguntó por sus sonrisas durante los partidos.
“Intento no pensar en la presión, en el número 1 o en que soy uno de los favoritos para ganar el torneo. Pongo de lado estos pensamientos y solo quiero jugar al tenis y divertirme; sonreír y hacer disfrutar a la gente es lo que pienso en los partidos”, dijo.
En un duelo de sentido único, Alcaraz logró 42 ganadores por los 17 de Musetti, y ambos jugadores empataron a 23 errores no forzados. El español logró siete roturas y el italiano solo dos.
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— Roland-Garros (@rolandgarros) June 4, 2023
Inicio confuso
A diferencia de las tres rondas anteriores, en las que comenzó como un tiro, Alcaraz arrancó esta vez desubicado, multiplicando los fallos y entregando su saque.
Pero su despiste inicial fue un espejismo. Rápidamente ajustó los reglajes, entró en calor y comenzó el espectáculo.
Musetti se vio superado por su interminable catálogo. Cedió su saque de nuevo y entregó el primer set.
En el segundo se mantuvo la misma dinámica con un Alcaraz que aceleraba y multiplicaba la frecuencia de los ‘Ohhh’ desde la grada, incluyendo un par de ‘Willys’ -golpear de espaldas y por debajo de las piernas-, que se acabó apuntando ante un impotente Musetti.
El italiano, que llegaba a octavos a un gran nivel y sin ceder un set, recibía al principio de la tercera manga el apoyo del público, que se cambió de bando temeroso de quedarse sin espectáculo muy pronto.
Pero el estético tenis del italiano, que en algunos momento entabló un bonito duelo de dejadas con el maestro español, carecía de peso para ofrecer verdadera batalla.
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