SUDAMÉRICA.- Argentina derrotó 1-0 a Uruguay en un partido chato en el que Messi fue más que su amigo Suárez y quedó a tiro de la clasificación a cuartos de final del Grupo A de la Copa América-2021.
Messi, que despertó sobre el final para administrar el balón y mantener a raya a la defensa Celeste hasta el pitazo final, le ganó el duelo personal a su amigo y excompañero del Barcelona, pero su desempeño no quedará en el recuerdo.
Argentina amagó con imponer superioridad desde el comienzo pero a partir del gol anotado por el defensa Guido Rodríguez al minuto 13, solo se enfocó en cuidar el resultado en base a la tenencia que impuso su capitán.
En el clásico rioplatense el ‘Pistolero’ Luis Suárez se quedó sin balas, sin poder asociarse con su compadre Edinson Cavani.
La mortífera pareja celeste se destiñó en medio de una intrascendencia general del conjunto de Oscar Tabárez, ofreciendo una pálida imagen en el debut de la Copa.
La Celeste deberá despertar a sus experimentadas figuras para apoyar a jóvenes promesas a las que le pesó un partido de mucha historia, uno de los clásicos más antiguos del mundo.
Messi le gana el pulso a Suárez
Amigos inseparables fuera del campo de juego, Messi y Suárez se vieron las caras por primera vez con sus selecciones desde que el charrúa fue eyectado del Barcelona en agosto de 2020, donde formó una poderosa pareja atacante con el argentino durante seis temporadas.
Ambos estelares, que se fueron en blanco este viernes, son los goleadores históricos de sus selecciones: Messi con 74 tantos y Suárez con 63, pero las urgencias son diferentes.
El uruguayo ya se sacó el gusto de ganar una Copa América, justamente en Argentina en 2011 en la que eliminó en cuartos de final por los penales al seleccionado de su compadre.
En cambio, el argentino, a punto de cumplir 34 años igual que su amigo, carga con una pesada mochila que busca aliviar en esta Copa América, tal vez su última oportunidad.
El triunfo de Argentina ante Uruguay es clave para ir encaminándose a cuartos de final, como parte de una meta más lejana de cortar una racha de tres finales perdidas en este torneo continental en Venezuela-2007 ante Brasil, y dos sucesivas ante Chile, en 2015 y 2016.
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