Redacción. El inicio del clásico sudamericano entre Brasil y Argentina se vio empañado este martes con los incidentes que se suscitaron en las gradas del Estadio Maracaná de Río de Janeiro.
Todo estaba programado para que comenzara a rodar el balón a las 6:30 de la tarde (hora hondureña), pero el enfrentamiento entre barras y policías brasileños provocó que se suspendiera momentáneamente el juego.
En primera instancia el enfrentamiento fue entre hinchas, pero luego se involucró la policía en su afán por devolver el orden.
Durante el incidente hubo golpes, lanzamiento de butacas, toletes, así como aficionados detenidos, en su mayoría argentinos.
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Regresan a los camerinos
Al comprobar que no existía la seguridad necesaria, el capitán de la Albiceleste, Lionel Messi, junto a sus compañeros decidieron regresarse a los camerinos.
Mientras Messi y los demás argentinos buscaban refugio, la policía de Río de Janeiro entraba para sofocar los disturbios de la multitud.
El clásico sudamericano siempre tiene varios condimentos extras, principalmente que es la primera vez que se cruzan luego de que la Albiceleste se coronara campeona del mundo en Qatar 2022.
Además, que ambas selecciones vienen de perder en la quinta fecha de las eliminatorias mundialista de Sudamérica.
Todo controlado
Luego de que todo volviera a la normalidad, los futbolistas argentinos se acercaron a la tribuna intentando mediar y calmar la situación.
El equipo argentino regresó al campo más de 20 minutos después de la hora señalada para el inicio del juego, ya con la situación aparentemente controlada, por lo que las acciones pudieron comenzar con casi media hora de atraso.
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