Lionel Scaloni: “Ancelotti es la referencia de lo que yo quiero ser como entrenador”

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Lionel Scaloni dio una entrevista a Marca que habla sobre muchos temas interesantes. Foto: AFP.

Lionel Scaloni logró tocar el cielo con la selección de Argentina tras ganar el Mundial después de 36 años de sequía y como un gran homenaje a la carrera de Lionel Messi.

El argentino lleva unos números espectaculares que tras cinco años en el banquillo albiceleste, tiene una foja impecable: 67 partidos con un 76% de victorias (solo seis derrotas) y ha ganado los tres torneos disputados: el Mundial, la Copa América y la Finalissima ante Italia.

Durante la Gala Globe Soccer celebrada en Dubai la semana pasada recibió un premio honorífico por su exitoso desempeño en los banquillos y le dio una entrevista al diario español Marca y dijo cosas interesantes.

Aquí la entrevista de forma íntegra:

La semana pasada, en otra entrega de premios, en la Gala The Best de FIFA, hubo polémica a raíz de la elección de Leo Messi como mejor jugador del año dado que no contabilizaba el Mundial. Es un premio donde el jurado lo componen todos los seleccionadores, los capitanes, un periodista de cada país y los aficionados. No puede haber representación más democrática, pero aun así se discute al ganador. ¿Lo entiende?
Creo que el debate va más allá de lo futbolístico, no creo que entre el que juega al fútbol o el entrenador haya debate de por qué lo ganó. Si lo hubiera ganado Haaland o Mbappé también habría estado bien. Son cosas de los medios. Debatir por qué lo ganó Messi cuando vota la gente del fútbol es extraño.

En diciembre la Federación Internacional de Historia y Estadística le eligió a usted mejor seleccionador de 2023 (también lo había ganado en 2022) con mucha ventaja sobre Deschamps. En la Gala Globe Soccer de Dubai recibe el premio honorífico por su carrera. Lleva un año de premios, homenajes, agasajos… ¿Cuánto te cambia la vida ganar un Mundial para Argentina después de 36 años?Según como te lo tomes, cambia o no. Si intentas seguir siendo el mismo son solo premios. La vida sigue, hay que continuar viviendo y entrenando. Pero si no tienes la cabeza bien puesta corres el riesgo de que te trastoque los planes, porque pasas de ser una persona normal a que todo el mundo crea que eres diferente.

Y no somos diferentes, somos los mismos de siempre, con nuestros problemas. Lo que sí es cierto es que hicimos feliz a mucha gente de nuestro país, y eso nos llena de orgullo. Pero la vida sigue.

¿Cuál es el detalle más bonito que recuerda de las celebraciones del Mundial?Infinidad. Lo más importante siempre es la gente anónima que te cuenta cómo ha vivido ese Mundial y lo que le ha sucedido. Gente con problemas de salud o en la familia, a la que eso le ha hecho cambiar la perspectiva de las cosas, y como ha sido feliz durante ese mes te lo dice agradeciéndote.

En un país como el nuestro, que no está atravesando un gran momento, esas cosas te llegan y es lo que más feliz te hace, más allá de lo personal o de haber logrado el Mundial. Eso te llega.

¿Cuándo decidió que quería ser entrenador: ya de jugador, una vez que se acercaba el final de su carrera o ya retirado? Leí que decidió ser entrenador porque vio que no podía seguir siendo futbolista.
En 2005, antes del Mundial de Alemania 2006, tuve una lesión importante jugando en el Dépor y a raíz de ahí con 27-28 años mi carrera ya no fue la que quería. A partir de entonces comencé a pensar que el fútbol iba a ser cada vez más difícil, y eso que jugué 10 años más, pero jugué a duras penas, sabiendo que estaba mal y que me costaba.

Durante esos 10 años siempre pensaba en lo que iba a ser, era más un ayudante de entrenador en el campo. Así fue en la Lazio y en el Atalanta, siempre me interesó el día a día y ver cómo los entrenadores trabajaban.

Empecé a tomar conciencia mucho antes de lo que muchos jugadores lo toman. Yo estaba en activo y ya estaba pensando como entrenador. En 2011, seis años antes de retirarme, ya empecé el curso de entrenador en Italia, y lo terminé en Las Rozas.

En mis últimos 10 años en activo como futbolista ya estaba pensando todo el día como entrenador. Empecé a tomar conciencia de eso mucho antes que el resto de jugadores

¿Quién es el entrenador que más le marcó en su época de jugador?
Todos. Sé que siempre decimos lo mismo, pero es la verdad. Todos nos marcan, para lo bueno y para lo malo. Al final tú coges de los que han hecho las cosas bien e intentas repetirlo, y de los que lo hicieron mal intentas no hacer eso, te quedan marcadas las cosas que no harías.

Lo que está clarísimo es que hoy como entrenador entiendes mucho más a esos entrenadores con los que te enfadabas en tu época de jugador, y te das cuenta de que no es lo mismo, y que lo que no entendías entonces ahora sí lo entiendes.

He tenido grandes referencias y todos vamos eligiendo nuestro camino y la manera de liderar. A mí me gusta una manera mucho más global, no sólo pensar en el fútbol, sino en todo lo que rodea al futbolista y sobre todo a la persona.

¿A quién ve ahora mismo como un referente, alguien de quien se puede aprender?
Aprendo de los que hacen lo que nos gustaría hacer en la selección. Me gusta Guardiola, me gusta De Zerbi, que está haciendo un gran trabajo en el Brighton, me gusta Simone Inzaghi, me gusta Spalletti.

Y sin duda no puedo olvidarme de Ancelotti, que hoy es la referencia de lo que quiero ser como entrenador: un tipo al que todo el mundo aprecia, muy inteligente, que no en vano ha ganado todo lo que ha ganado. Carlo es una referencia.

Y también está el Cholo, con el que hemos tenido charlas, hemos ido a Madrid a visitarlo, nos dio muchos inputs de cómo hacer cuando acabábamos de coger la selección. Son dos maneras diferentes de liderar, pero vas utilizando ambas en tu método.

Usted se hizo cargo de la selección con un bagaje corto en los banquillos y le dio la vuelta como un calcetín a Argentina para completar en poco tiempo el ciclo más glorioso con tres títulos: gana la Copa América en 2021, gana la Finalíssima ante Italia en 2022 y gana el Mundial en 22. ¿La experiencia está sobrevalorada en el fútbol?
El mundo del fútbol es muy diferente a cualquier otro. En otro trabajo quizás sí que tienes que tener experiencia, por ejemplo un ingeniero, pero un futbolista que ha jugado 21 años a nivel profesional como es mi caso, pues decir que no tiene experiencia es relativo. Porque al final el vestuario es el mismo, las charlas técnicas son las mismas…

Hay momentos de dificultad donde ahí puedes ver cómo te desenvuelves. Que es ahí donde todos dicen que aparece la experiencia, en los momentos de dificultad, para saber cómo sales, pero no todos los momentos de dificultad son iguales.

En mi caso, hubo un entrenador, Tavares, de mucha experiencia, que me llamó un día después de un Argentina-Uruguay y me dijo: “Usted, que dicen que no tiene experiencia, debe decirle a esa gente que usted tuvo vivencias, que en el fútbol es muy importante”. Eso me quedó marcado y vale para todos los entrenadores jóvenes. Yo les diría que tiren para adelante. Si han jugado y siente el fútbol, el fútbol es el único trabajo que te deja ser uno mismo sin necesidad de tener 20 años de carrera como entrenador.

¿Cuál es su mejor virtud como técnico: la flexibilidad táctica, conectar con sus futbolistas, saber adaptarse a ellos?
No me gusta decir mis virtudes, pero creo que me voy adaptando a lo que tengo. Y si tengo que cambiar, cambio, no tengo problemas. El fútbol es de los jugadores y si tengo un tipo de jugador, juego con eso; y si luego los buenos son otros y tengo que cambiar, cambio.

No me empecino en jugar de una manera, porque esto se va moviendo tanto que hoy tienes a unos bien y mañana tienes a otros. Y más en una selección, donde puedes ir eligiendo constantemente. Si te empecinas en jugar siempre de una manera con jugadores que juegan de otra, puedes chocar.

Eso le pasó a usted con Argentina en su inicio como seleccionador, ¿no?
Sí, ese fue el mérito de todo el cuerpo técnico. Teníamos una idea y después la fuimos cambiando, la perfeccionamos poco a poco. Y al final la manera en que jugamos ahora no es la misma que hace cinco años.

Durante el Mundial de Qatar usted parecía el contrapeso ideal con su serenidad a lo que desde fuera se percibía como un exceso de pasión dentro del campo, demasiada emotividad de los jugadores que podía generar más ansiedad.
Sí. Y cuando yo jugaba era todo lo contrario. Creo que es importante que el cabeza de grupo, y más en un país y en una selección como Argentina, donde todo el mundo esperaba tanto de nosotros, había que tener cordura.

Y en los momentos calientes, tener cabeza. Y más sabiendo que hoy en el fútbol un gol no significa nada hasta que no termine el partido, eso siempre lo tuvimos claro.

De hecho nos pasó en dos partidos, que nos empataron en los minutos finales, y una de las virtudes del equipo fue esa: seguir, seguir y no descentrarse del objetivo. Pero es importante que el entrenador sea capaz de transmitir tranquilidad en los momentos justos, ahí hay que hablar y aprovechar lo que dices.

Javier Mascherano (seleccionador sub’23) ha dicho que si Argentina se clasifica para los Juegos Olímpicos le gustaría que usted fuera el seleccionador allí y que jugaran Messi y Di Maria, ¿le atrae esa idea?
Primero: el entrenador va a ser él. Ojalá pasen, antes hay que clasificarse en el Preolímpico, y si lo consiguen deseo y quiero que el seleccionador sea Javi, porque lo merece por el trabajo que está haciendo.

Respecto a lo de Ángel y Leo, son decisiones que hay que tomar en el momento, sobre todo a nivel físico, porque no es fácil jugar los Juegos Olímpicos estando antes la Copa América. Llegado el momento se valorará. Pero el técnico será Javi, eso seguro.

¿Cuáles son las expectativas de Argentina para la próxima Copa América en junio? ¿Teme el exceso de presión o no le preocupa después de ver lo bien que la manejaron en Qatar?
Argentina siempre ha tenido presión, aquí no vale empatar. Desde que llegamos sabemos que estamos en una selección grande y que todo el mundo espera lo mejor de nosotros. Siempre digo lo mismo: vamos a competir, nunca he prometido nada, aquí no se promete nada, ni antes ni ahora. Prometemos competir al máximo con todos los rivales e intentar ganar, y dejar una imagen que al fútbol argentino le guste, como estamos haciendo.

¿Ganar el Mundial y ganar la Copa América a Brasil en Maracaná no es poner el listón demasiado alto? Como siga así corre el peligro de quedarse sin retos demasiado pronto.
Cierto, el listón está muy alto, no sé si habrá algo más alto. Pero ¿y qué hago? ¿Me voy ya para casa, me siento en el sofá y se terminó esto para mí a los 45 años…? ¡¡Nooo!! Lo bonito es que habrá un momento de dificultad, seguro, todos lo han tenido y nosotros lo tendremos.

Y en esa dificultad habrá que volver a salir arriba, como hemos hecho antes. También me pasó en mi carrera como futbolista: momentos buenos y momentos malos. Y ahí es donde realmente se verá si estamos preparados o no. Pero eso no me asusta, para nada.

¿En qué momento se encuentra su relación con la AFA actualmente tras la reunión de hace unos días con el presidente Claudio Tapia? Después de ganar a Brasil dijo que “necesito pensar mucho qué voy a hacer. No es un adiós ni otra cosa, pero necesito pensar porque la vara está muy alta y está complicado seguir ganando, estos chicos lo ponen difícil. Esta selección necesita un entrenador que tenga todas las energías posibles”
Cuando dije que había que reflexionar era un momento importante. Se vienen cosas buenas, la Copa América, y de aquí a dos años con el Mundial es un momento donde hay que pensar, sobre todo tenemos que tener claro qué es lo que queremos con la selección, dar oportunidades a otros chicos que vienen empujando desde atrás. Era hacer un resumen de lo que venía y creo que era el momento.

Había cuatro meses hasta el siguiente partido y era importante, como dije, parar la pelota. Creo que fue positivo porque nos hizo reflexionar sobre lo que viene.

Pero aquello creó cierta alarma sobre su continuidad al frente de Argentina.
Bueno, es como lo que pasa con el Balón de Oro de Leo. La gente debate eso o el The Best. En ese momento había que parar la pelota y reflexionar, había que hablar con todos los que teníamos que hablar.

Comentarle a cada uno lo que queremos: jugadores, directivos y gente que tiene que saber hacia dónde vamos. Vienen cosas importantes, a la selección se le va a exigir mucho y necesitamos gente que esté igual de fuerte que nosotros.

Tiene contrato como seleccionador hasta el Mundial de 2026. ¿Cómo se imagina a la selección argentina el día que Messi, Di María y Otamendi ya no estén?
Al final llegó un momento en que de la selección argentina se fue Maradona, se fue Ruggeri, se fueron grandes jugadores y Argentina siguió. Dolerá un montón porque son grandes jugadores que han dado tanto, pero tenemos la obligación, porque la selección argentina, más allá de Leo o de Maradona, siempre ha sido una selección potente, y tendremos el reto de seguir siéndolo sin ellos.

Es hacia donde hay que apuntar, porque en algún momento ellos no van a estar: hacer un equipo igual de competitivo con otros jugadores. Hay que imaginárselo y trazar objetivos para cuando ellos no estén.

Se está rumoreando que Messi podría jugar su sexto Mundial en 2026 en Canadá, EE.UU. y México. Sería un récord histórico, ¿lo ve factible?
Hoy te digo que hay jugadores que han jugado con esa edad, y en el caso de él no me extrañaría. Pero falta tanto, y hoy en el fútbol el tiempo pasa rapidísimo y cuando te das cuenta… Yo creo que sí. A nivel físico no tengo dudas, sólo a nivel mental y eso depende de cómo esté él.

En su cuerpo técnico tiene a muchos ex futbolistas, pero el que siempre ha tenido un discurso más rupturista respecto a la formación de jugadores ha sido Pablo Aimar, ¿qué le aporta Aimar en el día a día?
Pablo es la cabeza pensante, el que tiene una visión más abierta, trabaja con los juveniles y además de ser amigo nos aporta esa dosis de tranquilidad y de sacarle la esencia al juego. A veces los entrenadores nos volvemos locos con la táctica y la estrategia, y al final es lo que él siempre dice: “Si los buenos juegan bien y los juntamos todo va a ser más fácil”.

Hay veces que le das demasiadas vueltas en la cabeza, y son ellos los que lo terminan solucionando. Un poco lo que ocurría hace 25 años atrás, que no existían tantas tácticas y los jugadores lo solucionaban dentro de la cancha. Él aporta eso: “No te vuelvas loco”. Es de gran ayuda, y trabajar con amigos siempre es más fácil.

Román Riquelme es el nuevo presidente de Boca Juniors, ¿qué podemos esperar de esa aventura?
Bueno, ya estaba ahí en el otro mandato, ¿no? Román ama al club, es hincha del club y querrá lo mejor. Es otro amigo que me ha dado el fútbol y espero que le vaya bien. Ha elegido meterse en política y no tanto en el césped; cada uno elige su camino y ojalá le vaya bien.

Leí hace poco que en Argentina con el fútbol la gente no come pero al menos respira. ¿No es demasiada responsabilidad para unos jóvenes?
Sí, coincido con eso. Siempre digo que al final esto sólo es fútbol y en Argentina muchas veces eso no se ha entendido. Hay veces que pensamos que nos va a salvar la vida un partido de fútbol, o que un hincha piensa en todo lo que le va a cambiar si gana o pierde su equipo. Eso es propio de nuestra cultura, de la situación en la que estamos. La gente hoy te agradece porque se ganó el Mundial y porque ha pasado un mes espectacular y porque le ha cambiado un montón de cosas…

Eso sólo se da en Argentina, con todas las cosas buenas y malas. Me gustaría que pongamos el fútbol en el lugar que realmente se merece, que es un lugar espectacular, pero que alrededor de la vida no ocupa o no tendría que ocupar el primer lugar. Sin embargo, en Argentina es así y la gente lo interpreta de esa manera. Pero creo que poco a poco se va dando cuenta de que no es sólo ganar, no es sólo estar ahí arriba. Hay muchas maneras y eso es lo que necesitamos que la gente entienda.

¿Qué le falta y qué le sobra al fútbol actual?
Le sobra demasiado análisis, demasiado. Hoy día todo el mundo sabe cómo juega el rival, hay tanta información que al final lo más importante, que es el futbolista, está teledirigido. Y en nuestro caso, no sé con otros equipos, corres el riesgo de perder la esencia, de quitarle al jugador eso que es justo lo que mejor tiene. Si estás todo el rato diciéndole lo que tiene que hacer corres ese riesgo.

Nosotros transmitimos lo justo, lo que creemos que tenemos que transmitirle, lo realmente importante, para no sobrepasarlo de información. Estamos perdiendo la esencia del fútbol, y no sólo a nivel profesional, sino a nivel de los niños también. Mis hijos juegan en España y están sobrepasados de información. Reciben la pelota y ya les están diciendo lo que tienen que hacer.

Por eso cada vez hay menos regateadores.
Claro. No hay regateadores porque si apenas reciben la pelota le dices “¡Pásala!”… Imagínate si a Messi cuando tenía ocho años le hubieran estado diciendo todo el rato “¡Pásala!” sus entrenadores, hoy no le tendríamos.

Es algo impresionante. Como el fútbol ha terminado siendo una cosa tan grande, todo el mundo lee, estudia, y se cree que con eso ya puede dirigir. A un niño de 7 u 8 años le dices que trace la diagonal, que haga las coberturas… ¡Tiene siete años! Déjale que juegue a la pelota, que se equivoque, y ya cuando tenga 14 ó 15 le empezamos a corregir. Es un mensaje para el futuro. Esto es un deporte y lo lindo del fútbol no se tiene que perder.

Al final lo que marca la diferencia es el talento. El fútbol es de los futbolistas, no de los entrenadores.
Es que es así. Hay entrenadores que a lo mejor no lo creen, y es válido. Entrenadores que creen en su método y que el futbolista será mejor o peor en base a lo que él le diga. Y que si no se hace lo que él le dice pierden.

Eso es válido, pero desde mi punto de vista no es así. El futbolista manda dentro de la cancha y tú lo que debes hacer es que tenga que hacer lo justo para tu equipo y nada más. Pero cada uno tiene su librillo. El ejemplo claro es con los niños. Con 12 ó 13 años tienen que jugar a la pelota y divertirse, y no estar tanto encima de ellos corrigiéndoles, porque les quitas la esencia y así cada vez veremos menos jugadores con ese desparpajo que veíamos antes.

Usted que ha vivido en España y tiene tanta vinculación con nuestro país, ¿entiende que, con la pasión que hay aquí con el fútbol, sin embargo la gente no esté ni la mitad de identificados con la selección española como pasa en Argentina?
Nunca lo he entendido, la verdad. No sé por qué pasa eso. Porque en Italia la selección sí que es importante, y no digo que en España no sea importante, pero es verdad que no es lo mismo. Cuando juega la selección no hay ese fervor como cuando juega Argentina, Brasil o Italia. Es difícil de explicar.

Pero cuando España ganó el Mundial sí que salió toda la gente a la calle y estaban felices. Lo raro es que eso no haya continuado. Hay que buscar esa pasión por ponerse la camiseta de España, que los jugadores se desvivan por eso, y que el hincha lo vea, lo perciba. Eso va contagiando. Del 2010 ahora sí ha habido un cambio, pero tiene que haberlo todavía aún más.

¿Sigue la marcha del Depor día a día? En La Coruña caló mucho el pregón que dio usted en agosto, demostrando que lleva al club deportivista muy dentro después de ocho temporadas allí en la mejor etapa del Super Dépor.
Sí, caló, aunque no sé si para bien o para mal. Estoy triste por dónde está, porque no merece estar ahí. Imagino que los aficionados del Málaga también dirán lo mismo, que el Málaga no merece estar ahí.

Pero el Depor sí que no merece estar ahí. Ha dado tantas alegrías en toda España en los años buenos, y es muy triste verlo ahí. Deseo con toda mi alma que vuelva, que la gente sepa lo que significa el Dépor. Tiene una afición maravillosa, jugando en Primera Federación van 20.000 personas… Necesitamos que se contagie todo el mundo y volver a verlo en lo más alto. Siempre digo que volveré porque soy un eterno agradecido de lo que me ha dado esa ciudad, no tengo ninguna duda.

¿Entonces cuando acabe su etapa en la selección le veremos entrenando por España pronto?
Sí, sí, mi idea es entrenar aquí. Todo lleva su tiempo, pero España es un objetivo, es mi segunda casa, conozco su fútbol y estoy enamorado de vivir allí, en un país maravilloso. Y siempre dije que si el Dépor me necesita ahí estaré para echar una mano y ser el primer hincha.

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