Redacción (AFP). Centrados en el fútbol y no en la multitud que rodea un campo improvisado en el norte de Gaza, un joven jugador y el portero se enfrentan.
El árbitro pita, el jugador tira el penalti y la multitud estalla cuando marca.
Para los aficionados y los jugadores, la competición en el campo de refugiados de Jabalia es una buena distracción de las punzadas de hambre y agotamiento tras casi 300 días de guerra entre Israel y Hamás en la Franja de Gaza.
El árbitro Rami Mustafa Abu Hashish dijo a AFP que jugar al fútbol les ayudó a “restaurar un poco de vida” en Jabalia, donde los continuos bombardeos israelíes han acabado con escuelas, estadios, casas y han desarraigado a muchas familias.
Competencia por un trofeo
Reunidos en el patio de una escuela convertida en refugio para personas desplazadas, los dos antiguos clubes competieron por un trofeo que un jugador dijo haber rescatado de los escombros.
Los futbolistas consiguieron crear un ambiente festivo con gente sacando sillas y apoyándose en las barandillas de un recinto de tres pisos para transmitir su apoyo.
Para tener mejores vistas, un grupo de chicos se juntó en un camión vacío.
“Lo hemos sacado de la nada”
Jabalia fue particularmente golpeada de forma intensa en una ofensiva israelí lanzada en mayo como parte de una campaña que arrasó el norte de Gaza, un área donde los militares habían dicho previamente que estaba fuera del control de Hamás.
Mientras los combates se intensifican, las agencias humanitarias dicen que son incapaces de entregar la ayuda y reiteran la alerta de una inminente una hambruna.
Los residentes dijeron que apenas hay comida en el norte y lo poco que llega está a un precio astronómico.
Los futbolistas agradecieron la oportunidad de poder pensar en otra cosa que no sea la falta de agua y comida.
Varios meses sin jugar
Dijeron que no habían jugado desde el 7 de octubre, cuando estalló la guerra provocada por ataques de Hamás, que causaron la muerte de 1.197 personas en Israel, la mayoría civiles según cálculos basados en cifras oficiales israelíes.
Los milicianos también tomaron 251 rehenes, de los que 116 permanecen en Gaza, incluidos 44 que según el ejército están muertos.
La campaña de represalia de Israel ha asesinado a al menos 39.145 palestinos, también la mayoría civiles, según el Ministerio de Salud establecido en territorio gobernado por Hamás.
“Desde la guerra en la Franja de Gaza, nos hemos mantenido lejos de cualquier deporte porque todos los clubes fueron destruidos, al igual que todos los campos de juego, pero hoy hemos sacado algo de la nada”, dijo Saif Abu Saif, uno de los deportistas.
Centros educativos fuera de servicio
Según el Ministerio de Educación en Gaza, el 85% de las instalaciones educativas en el territorio están fuera de servicio por la guerra.
Muchas han sido convertidas en refugios para los desplazados por la guerra.
La mayoría de los 2,4 millones de habitantes de la franja han tenido que dejar su hogar.
El entrenador Wael Abu Saif dijo que estaba decidido a ir al partido del martes a pesar del dolor de las heridas sufridas en un ataque en febrero.
Ahora en silla de ruedas, contó que perdió el uso de ambas piernas y que a su hermano le amputaron una.
“Yo amo el fútbol desde que era un niño, me encantan los torneos y adoro jugar. Quiero demostrar ante el mundo entero que nosotros continuamos hacia delante con el más básico de nuestros derechos como es jugar al fútbol”, sentencia.
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