Redacción (AFP). Un año después del fervor de los Juegos Olímpicos de París, el Tour de Francia se aventurará por primera vez en la Butte Montmartre, con una triple ascensión a la popular colina que revolucionará la última etapa, confirmó la organización de la carrera.
La 112ª edición de la Grande Boucle marcará el 50º aniversario de la primera llegada a los Campos Elíseos, en 1975.
Pero, paradójicamente, y aunque evidentemente la tradicional meta se mantendrá en el programa, no será ‘la avenida más bella del mundo’ la que tendrá el protagonismo.
Se lo robará el triple paso por la rue Lepic con el pelotón rodando ante emblemas de la capital francesa como el cabaret Moulin Rouge y la basílica del Sagrado Corazón (Sacré-Coeur).
Lo que monopolizará la atención el 27 de julio, un año después de la carrera en línea de los Juegos Olímpicos.
Miles de espectadores
Aquella histórica jornada congregó a 500.000 espectadores en las calles de París, una de las imágenes inolvidables de los Juegos.
Este miércoles, en los salones del Ayuntamiento, la organización del Tour (ASO), la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, y el prefecto de policía, Laurent Nuñez, presentaron los detalles de la gran novedad del Tour en 2025.
En lugar de las ocho vueltas tradicionales a los Campos Elíseos, los corredores realizarán solo tres (6,5 km cada vez), antes de tomar la rue Royale para completar tres veces un circuito de 16,8 km que pasa por Montmartre.
En el tercer paso, en la cima de la colina, quedarán seis kilómetros hasta la llegada a los Campos Elíseos, lo que favorecerá necesariamente los ataques y probablemente impedirá un esprint masivo, cierre habitual de la carrera.
“Nos es una visita turística”
“Si hemos puesto todo esto en marcha, es para que haya deporte. No es solo un desfile o una pequeña visita turística a la Butte Montmartre”, explicó a la AFP Thierry Gouvenou, el director técnico del Tour de Francia.
El trazado de esta 21ª etapa no es, sin embargo, el mismo que el de los Juegos, que atravesó calles más estrechas y hacía una amplia incursión en el este de París.
Pero la rue Lepic sí figura en el menú y llevará al pelotón hasta el Sacré-Coeur, como en los Juegos.
El proyecto, en el aire en los últimos meses, se concretó después de largas negociaciones entre ASO, la alcaldía de París, encantada con la idea, y la prefectura de policía, mucho más reticente frente a los desafíos logísticos y de seguridad que representa el paso del Tour de Francia con un pelotón más numeroso que el de los Juegos.
Una revolución
La situación solo se desbloqueó después de la implicación del presidente Emmanuel Macron, quien fue el “motor” en la decisión, indicó el Elíseo a la AFP.
Para el Tour de Francia, esta última etapa representa una revolución en el plano deportivo.
A excepción de 2024, donde el cierre se trasladó a Niza debido a los Juegos y a la famosa contrarreloj de 1989, la prueba ha terminado en las últimas décadas con un esprint masivo en los Campos Elíseos tras una etapa generalmente sin interés deportivo, un homenaje a un campeón ya decidido.
Con Montmartre, la lucha por la clasificación general podría continuar hasta la final sobre los adoquines de la rue Lepic.
“Estamos casi seguros de que habrá ataques. Pero de ahí a voltear el Tour, no lo creo mucho. No hay que esperar tener diferencias colosales. Incluso 30 segundos en un recorrido como este, es difícil. Pero va a dinamizar la etapa”, señaló Gouvenou.
Remco Evenepoel, ganador del oro olímpico en este recorrido, y el doble vencedor del Tour de Francia Jonas Vingegaard, ya han expresado sus reservas sobre esta última etapa, considerando que aporta un estrés innecesario.
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