Redacción. La voz de Fabricio Rodríguez es inconfundible y se puede escuchar en América Multimedia, en San Pedro Sula, comentando los partidos más importantes de la Liga Nacional.
Fabri, como lo conocen sus familiares, amigos y compañeros más cercanos, tiene 24 años y comenta el fútbol con el corazón y conocimientos, pues es no vidente de nacimiento.
El joven comentarista deportivo llega a la cabina de trabajo con el conocimiento necesario de cada uno de los protagonistas de un partido, así como el aspecto táctico de sus entrenadores.
Fabricio es tan acertado en sus análisis que pocas personas saben o perciben que no cuenta con el sentido de la vista.
Es capaz de detallar la forma cómo se para cada equipo en la cancha y cuáles son las posibilidades de triunfo. Todo esto porque conoce las cualidades de cada uno de los futbolistas.
La familia, su gran apoyo
Fabricio Rodríguez abrió las puertas de su centro de trabajo y de su corazón para dialogar con CRONÓMETRO de Diario Tiempo y contar sobre su vida en este medio profesional.
Fabri recuerda que la pérdida de su vista es desde el momento que vino al mundo y por problemas en la retina. Se confirmó cuando apenas tenían un año.
A partir de ese momento fue arropado por Dios y su familia, que lo matriculó en el Centro de Rehabilitación Especial Luis Braille donde le enseñaron todas las habilidades para integrarse a la sociedad.
“Mis padres y mis hermanos me apoyaron para tratar de buscarle solución a algo difícil en aquel momento, pues era un escenario con el cual no habían convivido y que no esperaban”, contó.
Con mucha satisfacción, orgullo y agradecimiento, Fabricio resalta la forma cómo lo apoyaron don Ramón Rodríguez (padre) y Rubenia Leiva (madre) para que él saliera adelante en la vida y en el mundo deportivo.
El periodismo deportivo lo trae en la sangre
Solo tuvieron que pasar cuatro o cinco años para que Fabricio Rodríguez se diera cuenta que su pasión y su futuro estaría ligado a los deportes y al periodismo.
La radio y la televisión eran los instrumentos que alimentaban el interés y el conocimiento de un niño inquieto que escuchaba las narraciones de connotados periodistas deportivos.
“Mi pasión por el fútbol nace desde pequeño. La televisión y la radio me fueron retroalimentando con los partidos de la Liga Nacional y allí dije: ¨Me gusta esto¨”, contó.
En su crecimiento, Fabricio fue adquiriendo mayor deseo por los medios de comunicación, por la dinámica, la intensidad y la emoción que se disfruta frente a un micrófono.
Esa pasión por el periodismo deportivo lo llevó a preguntarse: ¿Cómo haría esto, de qué forma? y la respuesta la encontró en su fuerza de voluntad y en el deseo de sobresalir.
“…Y no puedo estar más agradecido con Dios por todo el camino recorrido”, dice con una sonrisa en su rostro.
¿Cómo lo hace?
La pregunta obvia o más común que la mayoría se hace es: “¿Cómo hace Fabricio para ser tan preciso en sus comentarios si no cuenta con el recurso de la vista?
Ante esta interrogante y que Fabri la toma con normalidad, responde que los avances tecnológicos se han convertido en su gran apoyo para documentarse, específicamente en la investigación.
Además, en la búsqueda de la información, lo que está ligado al buen manejo, particularmente del celular. “En mi caso utilizo un celular con pantalla táctil normal como cualquier otra persona”.
Fabri se apoya en los teléfonos que traen una aplicación llamada TalkBack que describe verbalmente todas las funciones que se van ejecutando.
Con la aplicación Fabricio busca información y escribe mensajes, pues luego de recibir clases de computación aprendió a identificar la posición de las letras en el teclado.
La mente le permite recrear
El avance de la tecnología, el desarrollo de su mente, el conocimiento del jugador y sus características, le permiten a Fabricio recrear una especie de mapa mental para describir las jugadas.
“Creo que en base a esos métodos he sobrellevado mi carrera en los deportes”, dijo el destacado periodista deportivo que el pasado miércoles fue premiado como el “Locutor Revelación del Año”.
Fabricio cuenta con mucho conocimiento de esquemas tácticos, posiciones y estrategias que le han permitido adquirir la experiencia necesaria para desenvolverse con normalidad en el mundo del deporte.
“Gente como el Chi Medina, que en paz descanse, Mauricio Kawas, entre otros, me fueron enganchando en este mundo de los deportes”, confesó.
En la actualidad está laborando en transmisiones deportivas de Radio América donde busca hacer el mejor trabajo posible y siempre tratando de analizar los partidos de una forma objetiva.
Pese a su discapacidad, Fabri no se siente en desventaja en relación a sus compañeros, al contrario, trabaja de igual a igual con otros periodistas deportivos y locutores.
Su fortaleza y distintivo es el análisis, ese afán por tratar de encontrar las metodologías de estar a la altura y de poder analizar partidos de fútbol sin la posibilidad de poder ver con sus propios ojos lo que está sucediendo.
“Ese afán de encontrar las formas de poder llegar a hacer mi trabajo como cualquier otra persona ha contribuido a hacerme un buen analista. Yo me considero un buen analista”, dijo.
Sin embargo, acepta que no es infalible ni perfecto ni se cree, pero “sí creo que el análisis de la parte táctica, estilos, esquemas de juego no solo a nivel colectivo, sino que individual de todo jugador, son indispensables para hacer mi trabajo”.
Incursionar en la narración
En la vida profesional de Fabricio han contribuido colegas como “Pepe” Cárcamo y José Jorge Villeda, con quienes ha trabajado de forma natural como cualquier otra persona.
Pero él confió a CRONÓMETRO de Diario Tiempo que entre sus planes a mediano plazo está ingresar a la narración de los partidos de fútbol.
“Tengo una meta y un objetivo en mente dentro de todas esas barreras que constantemente me ha tocado romper y es ser un narrador deportivo”, señaló.
Considera que ese será un paso importante que en algún momento va a dar.
“Ya tengo más o menos estudiado el método para hacerlo, todavía no lo he puesto en práctica, no lo he echado andar, pero ese es uno de los objetivos a mediano plazo”, aseguró.
Mensaje de positivismo
Como el diálogo está por concluir, Fabricio les aconseja a los nuevos periodistas que crean en sus sueños, que se fijen metas y que avancen paso a paso.
Además, que sigan trabajando sin detenerse, que continúen abiertos para aprender todos los días, pues cuando se piensa que se ha llegado al techo, la persona cae en el conformismo.
También para despedirse no titubeó en aceptar que es seguidor del equipo Marathón y todo por la inmensa influencia de su padre Ramón Adalberto Rodríguez Mejía.
“No tengo problema en decir que soy Marathón, pues soy consciente y confío en que con lo autocrítico que soy no tengo problema de hablar para bien o para mal del equipo”, aclaró.
Para finalizar dijo que espera que su historia sea para todas las personas un mensaje que por muy grande que sea el reto o la adversidad, existe la posibilidad de conseguir las metas que se proponen.
“Mi legado es que personas como yo se puedan ver con mayor normalidad y con menos asombro en los trabajos”, finalizó Fabricio Rodríguez.
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