REDACCIÓN. El fútbol y la sociedad hondureña en general está de luto, luego del asesinato de la pequeña Keiry Gricel García Baide de 14 años, quien recibió un impacto de bala en las inmediaciones del Estadio Olímpico, mientras se disputaba el clásico sampedrano.
Real España y Marathón se enfrentaron el pasado jueves por la Jornada 4 de la Liga Nacional, encuentro en el que se dieron varios hechos lamentables.
Y es que, en medio del juego, varios aficionados invadieron el terreno de las acciones, lo que provocó un momento de confusión.
A causa de esa situación, la víctima y su padre no pudieron ingresar al estadio. Cuando regresaron a su auto, recibieron varios disparos, de los cuales uno impactó en la humanidad de la infanta.
Fue a ver el clásico y perdió la vida
Según se conoció horas después de que se llevara a cabo el clásico sampedrano, donde Marathón venció 2-1 a Real España, todo fue causa de un conflicto entre las barras de ambos equipos.
Dentro del Estadio Olímpico varios aficionados entraron en disputa, pero la situación no quedó ahí, ya que en las afueras del recinto también hubo enfrentamientos.
Fue así que, en medio de ese momento de violencia, un presunto aficionado abrió fuego sobre el vehículo en el que se encontraba la joven Keiry Gricel.
Una bala fue a dar directo al cuello de la pequeña de 14 años, quien se encontraba con su padre; este resultó ileso.
Tras el ataque, la infanta fue trasladada a un centro asistencial, pero lamentablemente nada se pudo hacer para salvarle la vida.
“Estábamos en los portones y en eso se armó un relajo adentro y no logramos entrar. Nos bajamos para el carro”, relató a la prensa Jairo Javier Róchez, padre de la víctima.
“Yo creo que eran policías o aficionados, no sé. Empezaron a dispararnos al carro y cuando acordé me dijo: ´papi´, y el disparo lo andaba acá (muestra en cuello)”, lamentó.
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El padre quedó devastado
Después de lo ocurrido con Keiry Gricel, su padre se mostró devastado. “Le tocó a mi niña, venía empezando a vivir, le quitaron sus sueños, pero Dios se encargará de todo eso”, manifestó Róchez.
“Me duele porque mi niña era mi vida, era todo para mí, era mi novia, mi consejera, quien me aconsejaba todos los días”, dijo también.
“Yo la llamada y me decía: ´papi, vos sos lo máximo, todo´. Y hoy no entiendo por qué Dios me quitó a mi niña, si Él me la prestó por poco tiempo, ¿por qué me la quitó?”, cuestionó el padre de la joven víctima.
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