Redacción (AFP). La pasada temporada, Thiago Motta fue el técnico de moda en Italia por su gran trabajo con el Bolonia, al que clasificó para la Liga de Campeones. La Juventus fichó al italobrasileño para reconducir su errático ritmo de los últimos años.
La carrera de Motta va muy rápida. Han pasado apenas seis años desde su estreno como entrenador del equipo Sub-19 del París Saint-Germain hasta que toma ahora las riendas de uno de los clubes más poderosos e históricos del mundo, la emblemática ‘Vecchia Signora’ de Turín.
Su hasta llegar a este desafío ha sido relativamente tranquilo y exitoso, con sus pasos por el Génova (2019), La Spezia (2021-2022) y luego el Bolonia.
Todos esos clubes están habitualmente fuera de los principales focos mediáticos, algo que no le ocurrirá en la Juventus, donde cada decisión será escrutada, debatida, comentada e, inevitablemente, juzgada.
Una temporada de medio gas
Especialmente porque la Juventus viene de una temporada a medio gas, en la que ganó la Copa de Italia.
Pero donde ya quedó desde enero lejos de la pelea por el ‘Scudetto’ en una Serie A donde terminó tercero, a 23 puntos del campeón.
Ello condenó a Massimiliano Allegri, que acabó de la peor manera, tras insultar a los árbitros, a un periodista y a un directivo en la noche de la final ganada en la ‘Coppa’.
“Ambicioso e histórico”
Para protegerle de las altas expectativas de los ‘tifosi’ del club más laureado del fútbol italiano, sus dirigentes le han asignado de entrada un objetivo relativamente modesto.
“Queremos ser competitivos en todos los torneos que disputamos, sin autolimitarnos y teniendo como objetivo mínimo una clasificación para la Liga de Campeones a través de nuestra liga”, explicó Maurizio Scanavino, director general de la Juventus.
El método Motta es conocido: un fútbol de posesión, ofensivo, inspirado por uno de sus mentores, Gian Piero Gasperini, el actual entrenador del Atalanta, al que tuvo como jefe en su etapa de jugador en el Génova.
“Mis mediocampistas deben defender, atacar, ir al contragolpe y marcar”, explicó recientemente.
“Quiero ver después de cada partido un equipo orgulloso de sí mismo y feliz de haberlo dado todo”, añadió el exjugador del PSG.
Para rendir en su regreso a la Liga de Campeones, donde la Juventus no alcanza los cuartos de final desde 2019.
Además, aspirar al título de campeón en Italia, tras una sequía de cuatro temporadas, la Juventus ha realizado cambios significativos en su plantel.
De compras en el mercado
El arquero Wojciech Szczesny ya fue anunciado como baja, después de que se fichara a Michele Di Gregorio, procedente del Monza.
El club piamontés, sin gran músculo financiero a pesar del respaldo de la familia Agnelli, ha fichado para la nueva temporada al volante defensivo brasileño Douglas Luiz.
El sudamericano fue adquirido por 50 millones de euros o 53,8 millones de dólares.
Además, al atacante francés Kephren Thuram (20 millones de euros o 22 millones de dólares).
Las operaciones en el mercado no han terminado y la Juventus aspira a hacerse con el neerlandés Teun Koopmeiners.
Pero el Atalanta reclama casi 60 millones de euros.
“Cuando te unes a un club ambicioso e histórico como la Juventus, sabes que las victorias son importantes”, dijo Motta.
Luego, agregó: “Pero para mí el mayor reto es transmitir mi entusiasmo y mi voluntad al equipo”.
Una misión relativamente modesta, que el exjugador del Barça y el PSG debería superar sin grandes problemas.
Es buscar objetivos más a la altura de la historia de su nuevo equipo.
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