Redacción (AFP). Con un tenis magistral y ya sin molestias en su pierna izquierda, el serbio Novak Djokovic está a solo dos victorias del récord de 22 Grand Slams del español Rafael Nadal.
Y en Melbourne pocos dudan de que lo conseguirá.
Los antecedentes lo acompañan: siempre que ha llegado a semifinales en el Abierto de Australia, ha terminado llevándose el trofeo.
Además, el serbio lleva desde 2018 sin conocer la derrota en Melbourne, un récord de 26 partidos invicto que comparte con Andre Agassi.
“Espero que siga igual”, dijo Djokovic tras deshacerse con autoridad del ruso Andrey Rublev en cuartos de final.
Solo tres tenistas pueden impedirlo: el estadounidense Tommy Paul, su próximo rival que nunca había pasado de octavos en un Grand Slam, y los otros dos semifinalistas, el griego Stefanos Tsitsipas y el ruso Karen Khachanov.
Djokovic nunca ha jugado contra el estadounidense, número 35 del mundo.
Pero su balance contra los otros dos semifinalistas es abrumador: 10 victorias y dos derrotas contra Tsitsipas, y ocho victorias y una derrota contra Khachanov.
“Porque quise”
Un año después de haber sido deportado de Australia por no estar vacunado contra el Covid-19 y de ver desde la distancia cómo Nadal ganaba el torneo y batía el récord masculino de Grand Slams, Djokovic volvía a su torneo predilecto con el aura de favorito.
Pero una lesión en el muslo izquierdo el torneo previo de Adelaida ensombreció sus perspectivas e incluso le hizo plantearse si jugar.
Pasó con dolor las tres primeras rondas, muy limitado de movimientos en la pista y sufriendo contra rivales a priori inferiores.
“He tenido un par de momentos en que estuve muy mal (…) Pero conseguí sobrevivir y salir adelante. Me lo tomaré partido a partido”, decía tras ganar en tercera ronda al búlgaro Grigor Dimitrov.
Las dudas se desvanecieron dos días después. Todavía con la pierna izquierda vendada pero sin dolor, Djokovic aplastó con una lección de tenis al joven australiano Álex de Miñaur, que apenas le pudo anotar cinco juegos.
Tal fue el atropello que en declaraciones a pie de pista, el extenista estadounidense Jim Courier le dijo: “¿No te voy a preguntar cómo lo ganaste tan convincentemente, sino por qué lo ganaste tan convincentemente?”. “Porque quise”, respondió el serbio.
La exhibición se repitió ante Rublev, el número seis del mundo.
Quería “batirlos de forma dominante” para enviar “un mensaje a todos mis oponentes todavía en el cuadro”, dijo el serbio, que también afirma tener un “extra” de determinación por la deportación de hace un año y las insinuaciones de que ha fingido su lesión.
Tsitsipas “cada vez más cerca”
Aunque nunca ha llegado tan lejos ni ha ganado a un top 5 en Grand Slam, el estadounidense Paul dijo que prefería al serbio en semifinales.
“Probablemente tendría más opciones de ganar si fuera Rublev, pero jugar contra Novak en Australia sería genial”, apuntó antes de conocerse el desenlace del otro cruce.
“Va a ser un reto, pero estoy jugando mi mejor tenis, es un buen momento”, aseguró.
En la otra semifinal, el griego Tsitsipas, principal cabeza de serie vivo en el torneo, se presenta como el rival más amenazante para Djokovic, aunque este ya le remontó dos sets en contra en la final de Roland Garros en 2021.
“Quería felicitarle porque parece preparado para ir a por el título y la forma en la que está jugando, está cada vez más cerca”, dijo Djokovic sobre el griego días atrás.
Sin haber cedido todavía un set en Melbourne este año y tras tres semifinales perdidas, Tsitsipas busca su primera final en este torneo donde dice sentirse “como en casa”.
¿Puede ser este tu año?, le preguntaron tras su partido de cuartos. “Me siento genial con mi tenis. No creo que me haya sentido tan bien en mucho tiempo. Así que definitivamente diría que sí”.
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