Leyenda de México recuerda cómo fue la “guerra” que vivió en el último duelo contra Honduras en Tegucigalpa

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Redacción. México regresa 30 años después al Estadio Nacional de Tegucigalpa, ahora llamado Chelato Uclés, nombre de un histórico entrenador hondureño.

El recinto le trae viejos recuerdos a la selección mexicana que siguen recordando episodios de “hostilidad” en aquella tarde del 2 de mayo de 1993, clasificatorio al Mundial de USA 1994.

Esta vez es un partido de similar importancia, es la serie de cuartos de final de la Nations League de la Concacaf frente a una Honduras disminuida, pero que buscará, así como México, su lugar en la Copa América del 2024.

Para un legendario jugador mexicano como lo es Alberto García Aspe, todavía viven esos recuerdos en su memoria de su última visita a Tegucigalpa como parte de ese duelo que ganó México por goleada. Lo cataloga de una auténtica “guerra“.

“Nos trataron muy mal desde que llegamos, era una guerra, después de eso nunca más vi algo igual. Desde que llegamos nos apedrearon el camión y todo empezó porque un periodista manejó eso de que era una guerra, hicieron una campaña de que nos tenían que dejar fuera del Mundial”, dijo el Beto Aspe.

Recordó que el cuerpo técnico de Miguel Mejía Barón sacó a los jugadores a escondidas un día antes del partido, debido a que los aficionados hondureños fueron a molestar con una serenata para no dejarlos descansar.

“Fue muy importante que se investigara que nos iban a llevar serenata al hotel, porque así nos pudieron cambiar. A los 11 que íbamos a jugar, Javier Aguirre nos sacó en una ‘carcachita’ que consiguió, y nos sacó por el sótano, y la gente estuvo con su serenata, pero no estábamos nosotros. Un día antes tampoco nos dejaron entrenar”, cuenta.

Silenciado el Nacional

El Himno Nacional de México no se escuchó previo al partido por los sonoros abucheos de los aficionados locales, además la cancha fue rodeada por soldados con armas para intimidar, pero un gol al minuto de comenzado el encuentro por parte de García Aspe, acabó con la hostilidad en la tribuna. “Cuando hice el gol, lo disfruté mucho, porque hasta los soldados intimidaban, y ese gol los calló por completo”.

“El gol que yo hago, es de tiro libre, luego de una jugada en la que le hacen falta a Luis Flores que de milagro no lo fracturaron, a Hugo también se le aventaron como luchador, pero ninguno perdió la calma. El equipo se comportó a la altura porque lo que vivimos fue muy fuerte”.

Pudo acabar en catástrofe

Al final del partido en la tribuna los aficionados mexicanos tuvieron que ser resguardados porque los hondureños buscaban desquitar la furia de la eliminación con ellos, lo que provocó que en los vestidores del Tri cayeran unos gases lacrimógenos lanzados por los policías para poder calmar a la gente. “Cuando terminó el partido, de milagro no hubo muertos, porque salvaron a los mexicanos que estaban en las tribunas”.

“Nosotros en el vestidor también padecimos porque los policías tiraron gases lacrimógenos y cayeron dentro del vestidor, tuvimos que salir de él a la cancha porque no podíamos respirar. Sí, fueron momentos agobiantes. Me acuerdo que Luis García salió casi desnudo, ya se estaba bañando cuando pasó todo esto, pero nos tuvieron un buen rato dentro de la cancha hasta que ya pudimos regresar para irnos”.

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