Redacción. “Estamos juntos”. Es el grito de “guerra” que se escuchó en cada rincón del campamento de la Selección Nacional en San José, California y que salió de la boca de Romell Quioto.
Esta frase la realizó el “Romántico” al final del último entrenamiento de la Bicolor en el SC Youth Soccer Complex.
El representativo nacional, dirigido por Reinaldo Rueda, se trasladará este viernes hacia Phoenix, donde enfrentará a Panamá por los cuartos de final de la Copa Oro.
El decisivo partido está programado para el sábado, a contar de las 5:15 de la tarde, en el State Farm Stadium, Glendale, AZ.

Así lo resumió la FFH
La página oficial de la Federación de Fútbol de Honduras (FFH) lo detalló de la siguiente manera: “Hay momentos en el fútbol que trascienden la cancha.
Instantes que no se miden en goles ni estadísticas, sino en latidos, en miradas cómplices, en abrazos sinceros, que construyen algo más grande que un partido”.
Construyen país; y eso fue lo que se vivió en el SC Youth Soccer Complex de San José, California. Un entrenamiento que no fue solo preparación física, sino una declaración de fe, de unidad, de desafío.
La selección de Honduras pisa fuerte y en silencio el césped californiano, con la mente fija en el duelo del sábado en Phoenix.
Pero lo que más retumba no es el ruido del balón ni las instrucciones del cuerpo técnico, es una frase corta, sencilla, pero poderosa, que se ha hecho himno en el grupo: “Estamos juntos”.
Lo dijo Romell Quioto
La pronunció Romell Quioto, y no una sola vez, la repetía con el corazón encendido, como quien enciende una antorcha en la oscuridad.
Se acercaba a cada compañero, la decía con convicción, con una sonrisa cargada de historia y desafío.
Y como un eco que se multiplica en el alma, esa frase empezó a brotar en cada rincón del entrenamiento, en cada pase, en cada mirada.
Bajo la atenta dirección del profesor Reinaldo Rueda, el equipo entrenó con seriedad, intensidad y convicción, cada ejercicio fue ejecutado con enfoque absoluto, con una planificación minuciosa, que se siente, que se respira.

Rueda apenas respiraba
Reinaldo Rueda observaba todo con la serenidad del que sabe que las grandes gestas nacen del trabajo silencioso y constante.
A su lado, su cuerpo técnico no dejó detalle al azar: movimientos defensivos corregidos con firmeza, transiciones ensayadas con insistencia, balón parado afinado con rigor.
No era un entrenamiento cualquiera, era una puesta en escena de confianza, de compromiso, de fe mutua.
El profesor Rueda caminaba entre los jugadores como un guía sereno, transmitiendo seguridad, serenando ansiedades, pero también exigiendo, despertando lo mejor de cada uno.
Aplaudía el esfuerzo, corregía con tacto, alentaba con firmeza, porque sabe que el margen es corto y el reto es gigante. Y que para superarlo, se necesita algo más que táctica: se necesita alma.
La tranquilidad del entorno en San José no es indiferencia.

Es foco, es templanza, es la calma del guerrero que se prepara para la batalla; y dentro de esa calma florece la hermandad, con un equipo que no juega por sí mismo, sino por diez millones de voces que sueñan, que anhelan, que creen.
Porque esto va más allá de 90 minutos, se trata de escribir una página que nos recuerde quiénes somos y de qué estamos hechos; se trata de Honduras, de nuestra tierra, de nuestra gente, de nuestras luchas y de nuestras esperanzas.
Y en ese campo de entrenamiento, bajo el sol californiano, no solo se prepara una selección. Se forja una promesa: la de pelear hasta el final, la de seguir creyendo, la de mantenernos juntos.
Te puede interesar: Ningún hondureño en 11 ideal de la Copa Oro
Suscríbete gratis a más información en nuestro WhatsApp. Haga clic en el enlace: https://bit.ly/2Z2UF3