Redacción (AFP). Alfred Mamba apenas tenía 12 años cuando las estrellas estadounidenses del boxeo Mohamed Ali y George Foreman llegaron en octubre de 1974 a la capital congoleña, Kinshasa, para pelear por el título mundial de los pesados.
Justo 50 años después, el recuerdo del legendario ‘Rumble in the Jungle’ (‘Pelea en la jungla’) sigue anclado en la memoria del país africano y de este ex boxeador convertido en árbitro.
Aquel 30 de octubre de 1974, Alfred acudió a ver a su padre, también árbitro de boxeo, al que le correspondió el honor de portar la bandera de los campeones en el estadio 20 de mayo de Kinshasa.
Cerca de 100.000 espectadores estaban presentes en esa gigantesca estructura de hormigón, ahora llamada estadio Tata-Raphaël, en el centro de la capital.
Un ambiente increíble
“La atmósfera era increíble, nunca se había visto un ambiente parecido”, cuenta Alfred a la AFP durante los campeonatos de África de boxeo amateur organizados en Kinshasa.
“La gente no cesaba de gritar”, recuerda mientras pasa fotos en blanco y negro de aquel evento histórico.
George Foreman llegaba como favorito. Pero fue finalmente Mohamed Ali el que se llevó la victoria por KO en el octavo asalto.
“Cuando Mohamed Ali dio el (definitivo) golpe, todo el mundo gritó”, rememora.
Alí contaba con el apoyo del público
El ganador ya se había hecho con el apoyo del público local en los días que precedieron al combate.
Su rival, George Foreman, llegó a Kinshasa acompañado de dos pastores alemanes, una raza de perros apreciada por los colonos belgas que controlaron el país hasta su independencia en 1960.
Mohamed Ali no perdió la oportunidad de desacreditar a su adversario, acusándolo de estar ligado con la antigua potencia colonial, y de presentarse a sí mismo como héroe africano, según la revista The Africa Report.
Martín Diabintu, ex boxeador y también árbitro en Kinshasa, asegura a la AFP que los congoleños consideraban a Ali como “un hermano”.
El ‘Rumble in the Jungle’ organizado en Zaire -el nombre de la República Democrática del Congo en 1974- fue uno de los eventos más vistos en aquel entonces.
Seguido en televisión en directo por aficionados del mundo entero.
Un fervor del que se contagiaron las calles de Kinshasa. “Todo el mundo quería ver ese combate, todo el mundo quería asistir”, asegura Alfred Mamba.
Boniface Tshingala, otro antiguo púgil y árbitro, no ha olvidado la cola que se extendía a lo largo de varios kilómetros para entrar al estadio.
Orgullo
Desde 1974, la población de Kinshasa se ha visto multiplicada por diez, y las zonas verdes en los alrededores del estadio han dado paso al cemento.
Pero el recuerdo de la pelea sigue intacto.
“Todavía hoy lo llamamos ‘el combate del siglo'”, apunta Martín Diabintu.
Actualmente, de 64 años, era un adolescente cuando los dos deportistas estadounidenses aterrizaron en Kinshasa.
Afirma que caminó 10 kilómetros desde su casa para no perderse ese combate que marcó su vida.
Una motivación extra
“Ese evento me impulsó a practicar el boxeo“, asegura Martín, que fue entrenador antes que árbitro.
Los tres antiguos boxeadores con los que habló la AFP coinciden en que ‘Rumble in the Jungle’ y su leyenda son también motivo de orgullo.
“La gente no creía que la RDC pudo organizar ese combate (pero) lo logramos al 100%”, sentencia Alfred Mamba.
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