Redacción (AFP). Tras la pesadilla en México, Max Verstappen (Red Bull) espera enderezar el camino rumbo a su cuarto título mundial consecutivo en el Gran Premio de Sao Paulo de la Fórmula 1.
La competencia automovilística que se celebrará el domingo con los McLaren y los Ferrari al acecho.
A falta de cuatro fechas para el final de la temporada, el piloto neerlandés necesita como mínimo preservar la distancia de 47 puntos que lo separan del británico Lando Norris (McLaren) antes de que los bólidos comiencen a rodar en el Autódromo de Interlagos, penúltima competencia del año con carrera esprint.
Un tropiezo como el ocurrido el domingo pasado en la capital mexicana -donde quedó fuera del podio, en el sexto lugar, tras dos penalizaciones de diez segundos- puede poner al rojo vivo el epílogo del campeonato, en el que la suerte no ha estado del lado de Red Bull.
Un salvavidas para Verstappen
La única cita sudamericana de la Gran Carpa del Automovilismo se presenta como un salvavidas para Verstappen, de 27 años, quien ya conquistó la casa del legendario Ayrton Senna en 2019 y 2023.
Sin triunfos en las últimas diez carreras, con su estilo de conducción cuestionado y su escudería retrocediendo a la tercera posición de la tabla de constructores, por detrás de McLaren y Ferrari, el neerlandés (362 puntos) deberá hacer frente a unos rivales entusiasmados con darle un golpe de Estado.
Norris, su inmediato perseguidor con 315 unidades, ya avisó en México, donde ambos protagonizaron una nueva polémica, que pretenden “seguir presionando” para intentar destronarlo.
“Es otro fin de semana con esprint, entonces hay más puntos sobre la mesa”, dijo el británico, de 24 años, en relación con la minicarrera de 24 pasos por meta que tendrá lugar el sábado.
Van a la capital económica
El Gran Premio, de 71 vueltas, cada una de 4,3 kilómetros, se disputará el domingo en el renovado asfalto del Autódromo José Carlos Pace, más conocido como Interlagos, en el sur de la capital Económica de Latinoamérica.
Tercero en la tabla con 291 puntos, el monegasco Charles Leclerc espera mantenerse en la lucha por su primera corona y guiar a Ferrari (537 unidades) a lo alto del mundial de constructores, a costa del líder McLaren (566), tras desbancar a Red Toro (512) de la segunda plaza el fin de semana pasado.
Para ambos propósitos será clave contar con la ayuda de su coequipero, el español Carlos Sainz, que en México obtuvo su segunda victoria de la temporada, aunque ya no tiene opciones de alcanzar el primer puesto en la tienda de pilotos.
“El campeonato de constructores es ahora una posibilidad realista. Y depende más de que nosotros lo hagamos bien que de que otros hagan algo mal, que probablemente es el caso con el campeonato de pilotos”, afirmó Leclerc.
Checo, en la mira
El dúo de la Scuderia cumple una función, la de sumar, que ha sido una misión compleja para Sergio “Checo” Pérez en Red Bull, vencedor de los dos últimos mundiales de constructores.
Sin pisar el podio desde la quinta etapa, en China (3°), el futuro del mexicano es incierto debido a sus decepcionantes actuaciones, a pesar de que en junio renovó su contrato hasta 2026.
Tras quedar en la decimoséptima casilla en México, el director de Red Bull, Christian Horner, dijo que el equipo precisa que Pérez (8°, 150 puntos) sume para pelear los dos títulos en liza.
“Hemos hecho todo lo que hemos podido para apoyar a Checo, y lo seguiremos haciendo en Brasil, pero llega un momento en el que no puedes hacer mucho”, afirmó Horner.
Con mucho más oxígeno cuenta el otro latinoamericano de la grilla, la revelación argentina Franco Colapinto (Williams), para su estreno en Interlagos.
Durante la competencia, se prevén distintos homenajes a Ayrton Senna, fallecido hace treinta años tras chocarse en el Gran Premio de Ímola, Italia.
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