Redacción (AFP). La tradición imperante en Wimbledon desde hace décadas vivirá una innovación cuando comience el próximo lunes: en las verdes y cuidadas pistas no habrá jueces de línea.
Por primera vez en los 148 años de historia del torneo, no se podrá ver a los hombres y mujeres apostados al fondo de las pistas, con sus gritos de “out” y “fault” (fuera y falta).
El Grand Slam londinense anunció el pasado mes de octubre la supresión de sus elegantes árbitros en favor del sistema electrónico Electronic Line Calling Live (ELC).
Wimbledon declaró que empezaría a utilizar este método a partir del 2025, en línea con la tendencia general en el tenis.

Roland Garros resiste con la tradición de los jueces
El Abierto de Australia y el US Open ya han tomado ese camino, dejando a Roland Garros como el único ‘Grande’ que aún se vale del ojo humano para ese papel.
Wimbledon es reconocido por lo arraigado de sus tradiciones, desde la equipación blanca que deben vestir los tenistas hasta las fresas con crema consumen los aficionados y las suntuosas flores que colorean el recinto.
Pero el All England Club no ha cerrado todas las puertas a la modernidad. El director del torneo, Jamie Baker, hizo énfasis en ese punto en una entrevista con la AFP esta semana.
“Estamos muy conectados con el ecosistema del tenis en general, con la industria del tenis en general, en todo lo que hacemos”, afirmó el antiguo jugador profesional.
“Y esto era algo de lo que llevábamos hablando muchos años. Y como se imaginarán, para nosotros, compaginar la tradición con la innovación es algo que realmente tenemos en cuenta en prácticamente cada decisión que tomamos”.
Wimbledon se preocupa por la competición
Baker subraya que Wimbledon se preocupa por la conservación del legado, incluyendo la norma “intocable” de la vestimenta blanca, que, según él, se cumple con mayor rigor ahora que hace dos décadas.
Pero el antiguo número 2 británico considera que la integridad de la competición es el elemento más importante. “Antes que nada, tenemos que hacerlo bien con los aspectos de la competición”, afirmó.
Baker cree que quienes menos notarán los cambios serán los jugadores, pues ya están acostumbrados a la tecnología.
La decisión de cambiar a ELC, basada en la tecnología de seguimiento de la pelota y el marcado de líneas, se tomó después de exhaustivas pruebas al término del torneo del año pasado.

La tecnología en el tenis
Desde 2007, Hawk-Eye ha servido de apoyo a los árbitros de Wimbledon en algunas pistas, lo que permitió a los jugadores recurrir diversas decisiones.
Este año se han instalado más de 450 cámaras en Wimbledon y en el torneo clasificatorio en la cercana Roehampton, sede de las previas, y tras lo que las decisiones que antes tomaban los humanos ahora están en manos de las máquinas.
Pero alrededor de 80 antiguos árbitros pasarán a ejercer de árbitros asistentes, dos en cada cancha, para ofrecer ayuda al árbitro y además brindar apoyo en caso de fallo del sistema electrónico.
Baker opina que la desaparición de los jueces de línea no resta magia a Wimbledon.
“Creo que es un paso positivo para nosotros en términos de apariencia y ambiente de la cancha, y de la reconocible marca Wimbledon, que consiste en canchas de césped verde y jugadores con ropa de tenis blanca, se reconoce al momento”.
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