Jonathan Rougier cuenta para Argentina sus días como seleccionado hondureño

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Redacción. La decisión de Jonathan Rougier de naturalizarse hondureño para jugar con la Selección Nacional ha hecho eco en su país natal, Argentina.

El portero de Motagua dialogó con el Diario Olé y contó todas sus vivencias en Honduras, la decisión de convertirse en un “catracho” más y ser parte de la Bicolor.

Entre las anécdotas que Rougier cuenta, está el gol histórico que le anotó a Génesis Comayagua desde unos metros atrás del centro del campo y que significó el triunfo para el cuadro motagüense.

Jonathan figura en la lista del técnico, Reinaldo Rueda, para el segundo microciclo del año y entre sus sueños está ser parte de la H que el 23 de marzo enfrentará a Costa Rica por el boleto a la Copa América 2024.

Un hecho inolvidable

“Vi que su arquero (Denovan Torres del Génesis) estaba adelantado y agarré yo la pelota. Todos pensaron que iba a salir jugando, ya que teníamos un hombre más, pero vi el hueco”, comenzó contando.

Luego añadió: “Me acordé de Chilavert (José Luis) cuando gritaba: “Córranse, córranse”. Terminó siendo un gol que nadie esperaba”.

Rougier nació hace 36 años en un pueblo de Entre Ríos llamado Villa Elisa, donde a corta edad comenzó a hacer su camino en el fútbol.

El motagüense inició su recorrido en las inferiores defendiendo el marco de Colón, pero como no tuvo lugar, viajó hasta corrientes para jugar en Boca Unidos a partir de 2009.

En el 2011, fue transferido a Textil de Mandiyú en la misma provincia, donde tuvo siete participaciones.

Jonathan Rougier aparece con el equipo Defensores de Pronunciamiento.
Jonathan Rougier aparece con el equipo Defensores de Pronunciamiento.

Llegada a Honduras

Un año después (2012) pasó por Defensores de Pronunciamiento, donde jugó más de 100 partidos y en el 2015 consiguió el ascenso al Federal A.

Luego alistó maletas para viajar a Honduras. “Por cuestiones de la vida, el entrenador de Motagua, Diego Vázquez (originario de Mendoza) estaba viendo el partido que ganamos y conseguimos el ascenso con Depro. Quedó a gusto por cómo había jugado”.

Jonathan Rougier confió que no fue fácil tomar la decisión de viajar a Centroamérica porque lo agarró el famoso “cagazo”.

“Yo mucho no quería, estaba en un club lindo, cómodo, familiero. Vivía en mi ciudad, con mis seres queridos, pero mi esposa y mis padres me abrieron los ojos para aprovechar la oportunidad que me estaba dando el fútbol ya con 29 años”, contó.

Seguidamente, apuntó: “Era mi sueño poder estar en Primera División, más allá de que no sea la de Argentina. Tenía que animarme y dar el paso”.

Esto le contó Rougier a Olé:

Ya pasó un buen tiempo desde que te fuiste. ¿Cómo fue esa adaptación? Pasaste de vivir en un pueblo como Villa Elisa a Tegucigalpa, la capital de Honduras.

Estoy mucho más expuesto, no solamente lo que es futbolístico, sino también aprender a cuidarse y cuidar a la familia.

Es un mundo distinto, más en un club grande de acá como es Motagua. Por ahí en mi ciudad pequeña estaba a pocas horas en mi casa, porque tal vez iba a lo de mis padres o a lo de un amigo, o a la plaza con mi hijo.

Y acá uno está mucho más inmerso en la casa. Es así: de la casa al trabajo y del trabajo a la casa.

Desde aquel momento en el que tuvo que agarrar sus valijas y adaptarse a un nuevo país, ya pasaron siete años: hoy es figura y capitán de Motagua, además de un referente en el fútbol hondureño.

“Uno sueña y trabaja en la parte futbolística siempre. Cuando jugaba en las Inferiores uno no se preparaba para esto, hoy sí: los chicos tienen psicólogo, nutricionistas.

Yo ese acompañamiento para el crecimiento deportivo no lo tenía. Fue algo más innato, algo más de querer”, sostiene, nostálgico, sobre los desafíos que tuvo que atravesar hasta llegar a su buen presente futbolístico.

Hoy su realidad es otra. “Tal vez estoy en el lugar que quería. Me encontré conmigo, aprendí muchas cosas y dije bueno, será este el momento”, dice.

Rougier tuvo éxito desde su primera temporada en Honduras, cuando consiguió salir campeón de la Liga y de la Copa con las “Águilas Azules”.

Esto también le dio otra visibilidad. “Ya ir al supermercado era ir predispuesto a que me pidieran un autógrafo o una foto”.

“Por ahí uno que no está acostumbrado a tanto es no tomarlo a mal. Al principio yo mismo me decía:’Pucha, ni al supermercado puedo ir’. Después empecé a entender y a darme cuenta de que tal vez esa gente no está acostumbrada a encontrarse con un futbolista y me abrí mucho más con ellos”.

El portero Jonathan Rogier posa con la bandera de su equipo Motagua.
El portero Jonathan Rougier posa con la bandera de su equipo Motagua.

El sueño de la Selección

¿Por qué nacionalizarse hondureño? Imagino que no debe haber sido sencillo tomar la decisión.

No fue algo fácil. Cuando hablé con el embajador me comentó que tenía que renunciar a mis derechos como argentino porque Honduras no permite doble ciudadanía con Argentina.

Si voy de vacaciones soy un extranjero más, entonces ahí empieza un poco la disyuntiva, pero lo hablamos con mi familia y decidimos darle para adelante. Hoy en día siento que soy un hondureño que nació en Argentina”.

Según explicó Rougier, en esas tierras no está bien visto que un naturalizado juegue en esa selección. Así y todo, después de tantos trámites, la convocatoria para los primeros amistosos de Honduras en 2024 lo tomó por sorpresa.

“Hablé con Reinaldo (Rueda) y le dije que estaba encantado, pero que tampoco quería generar ningún inconveniente con la Federación, ni con la prensa, ni con el grupo, pero que yo estaba dispuesto al 100 por ciento”.

-¿Cómo fueron esos días en la Selección?

Llegué con bastantes nervios, pero me saco el sombrero con cada uno de mis compañeros, con el cuerpo técnico, con toda la gente del staff de la Selección porque me hicieron sentir muy bien.

Falta poco para la Copa América…

Poder ser parte de la delegación que se va a jugar contra Costa Rica el pase para la Copa América sería un sueño lindo… Ya me propongo ese primer pasito.

El siguiente sería jugar la Copa América, sería otro gran sueño y otro gran objetivo del año.

De arquero a emprendedor

Mudarse a un país con costumbres completamente distintas fue, para Jony, una oportunidad para llevar sus raíces argentinas al nuevo destino.

Con mi esposa abrimos un emprendimiento de dulces argentinos. Ella cocina y yo cebo mate. Hace alfajorcitos de maicena, alfajorcitos marplatenses blancos y negros, pastafrola, torta de coco, torta rogel, que acá no existe, y cuando hacemos para mi cumpleaños o llevamos para alguna juntada se vuelven locos”, bromea el arquero. Además, inauguró su propia marca de guantes e indumentaria para arqueros: “Al principio tenía miedo, como todos creo yo, a lo nuevo”.

-¿Cómo surgió ese proyecto?

Fue todo después de la pandemia porque estaba difícil que la marca que a mí me daba los guantes llegara de nuevo al país.

Las importaciones estaban complicadas como en todos lados. Habían aumentado un montón los costos, porque antes venían 20 barcos por semana y después solo llegaba uno.

A raíz de esto, Jony tuvo que volver a comprar los guantes por sus medios y apareció en su cabeza nuevamente la idea de crear su propia marca.

“Una noche me puse a investigar en el celular y encontré un par de fábricas. Comencé a comunicarme y ellos me mandaban modelos. Después empecé a asesorarme con una empresa de marketing argentina, porque claro, también tenía que generar toda la marca alrededor mío, hasta el momento solo era una figura pública”.

Luego de mucho tiempo investigando y buscando una propuesta que le llame la atención, encontró la indicada.

“Encontré una fábrica que me gustó, me ayudó, me dio sus tiempos y ahí me animé a hacer la inversión y acá estamos. Hace muy poquito la largué, recién tenemos tres modelos de guantes que estamos promocionando, pero la verdad que estoy muy feliz”, dice.

El primer aficionado de Jonathan Rougier es su pequeño hijo que ríe y llora por su padre y Motagua.
El primer aficionado de Jonathan Rougier es su pequeño hijo que ríe y llora por su padre y Motagua.

La posibilidad de volver al fútbol argentino

El buen presente de Rougier llevó su nombre al radar argentino. “Hace poquito tuve un acercamiento con un club de Primera División de la Argentina. Estuvimos ahí. No hubo nada formal, pero sí hubo un acercamiento real”, desliza el arquero, cuya meta es extender su carrera hasta los 40 años.

-¿Volverías a jugar en la Argentina?

Sería como cumplir ese pequeño sueño, como creo que les debe pasar a muchos futbolistas que salieron de allá y no llegaron a debutar en la máxima categoría.

Pero no me quita el sueño, valga la redundancia. Creo que pasa a ser más un anhelo que un sueño, también entendiendo mi edad. Si no se da y no hay nada más importante que donde estoy hoy… Estoy muy bien en Motagua, encontré mi lugar en el mundo. Así que si me toca quedarme acá por el resto de mi carrera, sería más que feliz.

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