REDACCIÓN. (AFP) Hace cuarenta años no había nacido, pero el sábado Nico Williams hizo historia al liderar al Athletic de Bilbao hacia su ansiada Copa del Rey ante el Mallorca y dejar claro que tiene su propio camino a seguir.
El joven extremo izquierdo del Athletic volvió a ser crucial con sus desbordes en el estadio sevillano de La Cartuja, aunque su equipo tuvo que llegar a hasta los penales para ganar la Copa del Rey contra el Mallorca (4-2, después de 1-1 en el partido).
Nico Williams fue el hombre que dio el pase para que Oihan Sancet empatara un partido que el Athletic había empezado por detrás y, a punto estuvo de poner el 2-1 con un remate en boca de gol, que desvió in extremis un defensa contrario.
Y, sobre todo, a la hora de juego, dejó un doble regate a Dani González y Martin Valjent que, de haber acabado en gol, hubiese sido uno de los mejores de la temporada.
Al final, los penales resolvieron un partido que desató la alegría de los miles de aficionados del Athletic que habían invadido Sevilla.
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Copa del Rey
“Nos ha costado cuarenta años llegar. Este título no tiene comparación con ningún otro, y este supone algo especial por el tiempo que llevamos persiguiéndolo”, recordaba tras el partido el entrenador del Athletic Club, Ernesto Valverde.
El Athletic había ganado el título por última vez en 1984 y desde entonces había perdido seis finales, pero el sábado se fueron todos los fantasmas en gran parte gracias a Nico.
“He soñado con este momento muchas veces. Estoy muy contento de hacer historia y tener un nombre en el club”, aseguró Nico Williams, de 21 años, que pasó mucho tiempo a la sombra de su hermano mayor Iñaki.