REDACCIÓN.- La violencia dentro y fuera de los estadios a nivel mundial es una de la manchas negras que el fútbol no puede eliminar de su historia. Agresiones, peleas e incluso muertes de aficionados se han vuelto constantes, sobre todo cuando hablamos de dos países en específico: Honduras y Grecia.
Más allá de que el presente Clausura 2022 todavía no se ha tenido incidentes mayores con las barras de los cuatro equipos grandes, Honduras es un país que no ha podido presentar una respuesta concisa a la violencia de los estadios, la final del Torneo Apertura 2021 es la clara prueba de ello.
Sin embargo, la situación en Grecia tampoco es diferente, ya que esta liga se ha visto paralizada en varias ocasiones por la violencia dentro y fuera de los estadios, lo que nos lleva a una pregunta: ¿Cómo se trata la violencia en el fútbol de Grecia y Honduras?
Grecia: violencia desbordada
Recientemente, el fútbol griego vivió un acto de violencia que trascendió a nivel internacional. La muerte de un aficionado del Aris, de la primera división, luego de ser atacado por nueve individuos de la barra rival (Paok) con bates de manera, barras de metal y armas corto punzantes. Además, en el ataque, dos amigos de la víctima también resultaron heridos.
El incidente llevó al gobierno griego a elevar las medidas de seguridad para los clubes de aficionados (barras que se concentran en un punto específico cuando no están en el estadio apoyando a su equipo). A pesar de que las medidas no han sido dadas a conocer al público, porque el proyecto de ley no se ha presentado. Giannis Oikonomou, el vocero del gobierno griego, aseguró que no se tolerarán este tipo de conductas delictivas.
“Vamos a combatir a los fanáticos violentos. Es nuestro deber como sociedad y especialmente para las generaciones más jóvenes, pero también para nuestra sana comunidad deportiva y los millones de buenos aficionados en nuestro país”, dijo Oikonomou a la prensa.
Las personas implicadas en el asesinato del aficionado del Aris fueron capturadas rápidamente y llevadas a los tribunales para ser juzgadas por su crimen.
Sin embargo, la realidad de la liga en Grecia es aún más complicada que eso, ya que el gobierno no ha podido erradicar la violencia. En los últimos siete años se ha suspendido en dos ocasiones (2015 y 2018) y las dos han sido por la misma razón: la violencia en los estadios. De hecho, esta liga ya fue amenazada por la FIFA en el 2018 con una desafiliación si continuaba con los mismos problemas.
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Honduras: violencia constante
La realidad de Honduras con las barras organizadas de los cuatro equipos tampoco es diferente. Año con año se presentan enfrentamientos entre aficionados que conllevan al deterioro del fútbol nacional. No obstante, contrario al país griego la respuesta de las autoridades hondureñas no es la mejor.
El ejemplo más reciente fue el juego de ida de la final del Apertura 2021, donde se registraron más de una docena de heridos, varios por arma de fuego, y la respuesta gubernamental fue nula y tampoco se dio con detenidos, sólo se aplicó una sanción económica al equipo local.
Este tipo de episodios vergonzosos se vuelven más frecuentes en los estadios nacionales. De hecho, no esa fue la primera vez que ambas barras se enfrentaron a balazos y desafortunadamente parece que tampoco será la última.
En Honduras el home club es el encargado de velar por la seguridad del espectáculo y ante la débil ayuda gubernamental todo partido relevante termina en descontrol.
Alternativa para evitar la violencia en los estadios catrachos
El Jefe de prensa de la Liga Nacional de Honduras, Reiner Germer, destacó la importancia de capacitar a la policía que esté presente en los eventos deportivos para dar una verdadera seguridad a los aficionados y familia dentro y fuera del recinto deportivo.
“El estado de turno debe dar las condiciones mínimas de seguridad para que el evento se realice de buena forma. Hasta ahora la presencia de la policía ha sido un paliativo. Se enfocan en una función de prevención de actos violencia, pero esto no funciona y parece que la policía no está capacitada para este tipo de situaciones. No es lo mismo controlar a un grupo de personas en la calle que un evento deportivo. Por lo que no se pueden tomar las mismas medidas para prevenir situaciones sociales que en un estadio de fútbol”, manifestó.
“Los aficionados que son detenidos por violencia dentro o fuera del estadio debe terminar en prisión. Se le debe seguir el debido proceso y luego la liga y los equipos deben suspenderla por un determinado tiempo de los estadios, yo diría que por lo menos tres años. Si el aficionado reincidente se debe suspender de cualquier evento deportivo y social de por vida”, concluyó.
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